Resumen: En México es posible que la inteligencia artificial (IA) se use en beneficio de los estudiantes más desaventajados, particularmente aquellos en escuelas comunitarias e indígenas. En el corto plazo los mayores beneficios serán posiblemente en la administración del sistema educativo, y no en las aulas. Existen retos para la integración de la IA, y se debe balancear su uso con otras alternativas para avanzar al sistema.
En 2025 se ha dedicado el Día Internacional de la Educación a la educación y la inteligencia artificial (mismo que es hoy, felicidades). Quizás esto no sorprende dado el enorme nivel de interés que ha generado la inteligencia artificial. Basta decir que le valor de mercado de Nvidia, la firma detrás de parte importante del poder computacional necesario para la IA, aumento en más de dos billones de dólares en 2024 (algo por encima del valor del producto interno bruto de México).
La inteligencia artificial es una tecnología que permite a las computadoras y máquinas simular el aprendizaje humano, la comprensión, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la creatividad y la autonomía.
Pero cuáles son las oportunidades de la inteligencia artificial en la básica educación en México. Las oportunidades dentro de la educación pueden ser separadas en dos grandes grupos:
Ya existen algunos programas que usan la inteligencia artificial para dar apoyo personalizado a los alumnos. Por ejemplo, en Nigeria se utilizo un programa extraescolar para apoyar el aprendizaje de inglés, con resultados positivos y sorprendentes después de seis semanas. En la India se piloteo una herramienta digital que gracias a la IA se adapta a los alumnos para presentar problemas, y apoyo, en línea con su nivel de conocimiento. Mientras que en Estados Unidos la IA también se ha usado en herramientas de desarrollo profesional para los maestros.
Existe evidencia robusta de que enseñar al nivel apropiado de cada alumno lleva a beneficios significativos en el nivel de aprendizaje tanto de matemáticas como de lenguaje. Si la IA puede ser una herramienta para adaptar la oferta educativa a nivel individualizado, los estudiantes que más podrían beneficiarse de ello serían aquellos para los cuales el nivel al que se enseña dista más de su propio nivel. Esto incluye a los alumnos de escuelas multigrado, y aquellos que han avanzado en el sistema educativo a pesar de carecer de algunas competencias básicas (sin que los grupos sean mutuamente excluyentes).
En México hay 1.8 millones de alumnos en escuelas multigrado, aproximadamente 7% de los alumnos de educación básica. Las escuelas multigrado son aquellas en las que los docentes atienden a estudiantes de distintos grados en una misma aula, por ejemplo, en las preescolares unidocentes, o en telesecundarias con un docente y un bidocente. Simultáneamente, 66% de los alumnos de 15 años en México tienen un nivel bajo de rendimiento en matemáticas, y 47% tienen un bajo nivel de rendimiento en español según la prueba PISA, administrada por la OECD en 2022.
Enfocándose en los alumnos con mayores necesidades, la IA podría tener un valor significativo en apoyar a los alumnos de escuelas multigrado. Estos alumnos reciben instrucción difícilmente adaptada a su propio nivel académico y potencialmente cuentan con un menor nivel de seguimiento especifico a sus necesidades. A una mayor escala, la IA podría ser parte del portafolio de opciones para atacar los rezagos de más de la mitad de los alumnos que llegan a la educación secundaria.
En el contexto de México la IA también puede tener un papel importante en apoyar el aprendizaje en lenguas indígenas y cubrir la falta de materiales y enseñantes en estas lenguas. En algunos casos la IA ya se está utilizando para preservar lenguas en peligro de extinción. Además, las escuelas multigrado son especialmente comunes en la educación indígena, con 1 de cada 2 preescolares y 2 de cada 3 primarias indígenas siendo multigrado.
Sobra decir que existen retos muy significativos. Algunos podrían considerarse generales al uso de la inteligencia artificial, como la falta de transparencia o el riesgo de reforzar sesgos (incluidos los de género). Otros son específicos al contexto de las escuelas en México, y de las escuelas multigrado e indígenas que atienden a algunos de los alumnos con mayor nivel de marginación. Por ejemplos, sólo un tercio de los salones de preescolar a media superior en México cuenta con internet, y 26 mil escuelas no cuentan siquiera con energía eléctrica.
Es necesario que como sector seamos prudentes y balanceados en la forma en la que utilizamos la IA. El uso de la IA como una herramienta para atender las necesidades de los alumnos deberá balancear los costos de esta tecnología, y el potencial de obtener resultados similares a través de programas de menor costo y que no requieran las inversiones asociadas a la IA. Como en cualquier política pública esto implicara explorar el costo beneficio en poblaciones específicas donde se piensa se pueden obtener los mejores resultados y avanzar cautelosamente antes de hacer la inversión asociada a un programa nacional o estatal.
Considerando esto, programas específicos enfocados en escuelas indígenas y comunitarias multigrado podrían tener los mayores beneficios en términos de mejoras en la equidad de los aprendizajes.
No existen estimaciones claras de cuáles podrían ser los beneficios de la IA en el sector público en México. Las mejores estimaciones del valor generado por la IA vienen de los primeros usuarios a escala en el sector privado. El análisis de los beneficios de la IA y el perfil de las compañías que la están usando muestra que la mayoría de los beneficios se están generando en las áreas centrales de las labores de las empresas, notablemente en el área de operaciones, en mercadotecnia y en investigación y desarrollo.
Es importante mencionar que estos primeros usuarios no son sólo empresas con un enfoque digital, sino también empresas “convencionales” que han buscado usar la IA para aumentar su productividad, reducir costos o incrementar ingresos.
Aunque ilustrativas, el valor del uso de la IA para el sector educativo mexicano probablemente diferirá de las áreas de enfoque de estos primeros usuarios. La optimización de operaciones, manejo de finanzas, compras y sobre todo fortalecer el área de recursos humanos parecerían las áreas con mayor potencial para generar beneficios en la educación en México.
México dedica aproximadamente 11.4% del gasto público a educación, y de eso casi la totalidad se destina a gasto corriente (98%). Esto incluye principalmente a los salarios de los maestros, que en sí representan 79% del gasto corriente, o 77% del gasto total en educación. Es decir, que los salarios de los maestros representan casi ocho de cada diez pesos gastados en educación.
Optimizar el manejo del gasto en salarios y reducir ineficacias, errores y tardanzas en el gasto parecería una de las mayores áreas de oportunidad para el uso de la IA, sobre todo considerando el enorme número de datos que implica el manejo de los aproximadamente 1.9 millones de profesores y especialistas en docencia que trabajan en nuestro país.
Finalmente, cabría considerar que el costo de implementar soluciones basadas en la IA sería menor si estas se encuentran enfocadas en áreas y funciones claves dentro de la administración pública federal y estatal. Comparado con una propuesta que buscara beneficiar a un número sustancial de alumnos enfocarse en fortalecer a los equipos del ministerio tendría un menor costo. Esta lógica de costo y beneficia debería llevar a la IA a ser implementada primero en la administración de la educación, y luego en los salones.
México enfrenta retos para la integración de la IA en la educación, desde un rezago en la infraestructura informática hasta la falta de capacidades especializadas. Sin embargo, dista de ser el país peor preparado para implementar la IA en áreas estratégicas, y los beneficios podrían ser sustanciales. La búsqueda de beneficios de la IA en la educación no se debe de limitar la discusión a las dinámicas de aprendizaje, y se debe contemplar las mejoraras a la eficiencia de la administración educativa. En adicional a los beneficios inmediatos, la inversión en IA en la administración de la educación en México tendría el potencial de incrementar la transparencia en el gasto y facilitar una mejor toma de decisiones dentro del sistema en su conjunto.
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El segundo artículo de esta serie explora las capacidades básicas que deben de ser
desarrolladas en el sistema educativo mexicano para que los estudiantes puedan
beneficiarse de la inteligencia artificial.
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